Ha grabado más de 20 discos, entre los cuales: «Penyora» (1979), premio Fotogramas de Plata, trabajo que la hizo muy popular y que incluía el tema La Gavina.
Otros de sus éxitos son «Bruixes i Maduixes», Mejor Disco Catalán del Año 1980, «Rosa de foc», Premio Radio 4. «Cos meu recorda«, «Barca del temps«, disco de Oro, «Cinema Blau», «Marina» y «Ha llovido», su primer disco en castellano y que tuvo mucho éxito en todo el Estado español y en Iberoamérica.
Ha publicado también «Entre línies» (1997), «Y rodará el mundo» (2000), «Cap al cel» (2002), «Marítim« (2003) y «Clàssics de Nadal« (2005), «Vistas al mar» (habaneras coloniales), «Clàssics catalans» (2007), «Marina Rossell al Liceu» (CD + DVD, 2008). En 2011 publica el que será su primer CD donde canta a su amigo Moustaki y que forma parte de la trilogía dedicada al cantautor francés de Alejandría y que tantos éxitos le ha supuesto. El CD «Marina Rossell canta Moustaki, vol. 1» (2011) fue el disco más vendido en lengua catalana, con más de 30.000 copias. En el vol. 2 (2014), Rossell cumplía el deseo de Moustaki, cantando sus canciones predilectas, escogidas por él mismo. Cierra la trilogía «Marina Rossell tribut a Moustaki», grabado en el verano de 2014 en el GREC Festival de Barcelona, donde Rossell se acompañó, entre otros, de Pia Moustaki (hija del cantante), del cantante francés Nilda Fernández, de David Carabén (Mishima), etc. En verano de 2015 Marina Rossell, junto al coreógrafo Ramon Oller, imparte un curso de danza y voz en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.
En 2015 presenta «Cançons de la Resistència», traducidas al catalán por Josep Tero, donde Marina Rossell recoge y adapta canciones que son de la resistencia, nacidas de la Segunda Guerra Mundial y contra el nazismo. Cantos que forman parte de un paisaje, un momento clave, un momento histórico… himnos como Bella Ciao (canto de los partisanos italianos, en el que colabora el grupo Manel), Lili Marleen, Grândola, Vila Morena (colabora Enric Montefusco) o Quanta Guerra!, escrita por la misma cantante. Canciones destinadas a crear resiliencia y a no olvidar el infortunio y la catástrofe que significan las guerras. Firma la portada y la caligrafía el escultor Jaume Plensa, reconocido internacionalmente.
Del 2016 destacan conciertos en Nueva York, diversas ciudades de Francia, como París, Alemania: Berlín, Austria: Viena, Gira por Canadà: Toronto, Quebec, Montréal…
Ha realizado numerosas giras por Europa, Iberoamérica y el norte de Ãfrica. De su trayectoria internacional destacan, entre otros, sus conciertos en el Théâtre de la Ville de París, en el Festival Tenco de San Remo y el Festival Outono Musicale de Como, además de sus conciertos en Armenia, Bogotá, en el Festival Internacional de Cuba, el concierto Pro-Indígenas Bolivia, Festival Barcelona-Sarajevo, Centro Cultural Guaraní de Paraguay, Teatro Nacional de Cuba, la sala L´Ancienne Belgique de Bruselas, o la Trastienda y el teatro ND Ateneo de Buenos Aires. Otras grandes citas han sido sus participaciones en el MIDEM de Cannes en el 2000 o todos sus conciertos en el Palau de la Música de Barcelona. También ha cantado en la Ciudad de La Plata (Argentina), Grecia, Roma, Francia, Suiza, Frankfurt, Santiago de Chile, Guatemala, Argelia, Bagdad, Israel, Palestina, Ciudad Juárez, Nueva York…
Ha colaborado y grabado con multitud de autores e intérpretes, entre los que cabe destacar a Georges Moustaki, Montserrat Caballé, Lila Downs, Miguel Poveda, Angelo Branduardi, Tete Montoliu, Luis Eduardo Aute, Carlos Cano, Marc Parrot, Santiago Auserón, Paco Ibáñez, Manzanita, Maria del Mar Bonet, Toti Soler, Pedro Guerra, Roger Mas, Pedro Aznar, Kepa Junkera, Sérgio Godinho, María Dolores Pradera o el grupo Mishima.
A raíz de su compromiso cívico y social, Marina Rossell ha recibido varios premios, muchos de ellos reconocimientos que van más allá de su vertiente artística, como la Creu de Sant Jordi, concedida por la Generalitat de Catalunya (1988). Ha sido nombrada Visitante Ilustre de la Ciudad de La Plata (Argentina, 2007), ha recibido el Premio Olof Palme por su apoyo a la paz (2007), el Premio Protagonistas (2010), el Premio de la Academia de la Música al ‘Mejor Disco de Música Tradicional´ (2009), el Premio Enderrock a la mejor producción del 2012 por su disco ‘Marina Rossell canta Moustaki, vol. 1″ y el Premio Altaveu 2013 a una trayectoria.
Publica «Canciones de la Resistencia» en 2015 presentándolo en diferentes países. En 2017 Festival Barnasants le otorga el premio «Mejor Concierto en Directo». En 2018 recibe el Premio Liberpress «Joëlle Stinkess» por toda una trayectoria. En 2019 Concierto en Asunción, Paraguay en colaboración con el Ballet Nacional del Paraguay con coreografía de Ramón Oller y música propia, ofreciendo también un concierto en sala Juán de Salazar.
En 2019 París da nombre a un boulevard, a la deportada Neus Català, donde participa cantando en la ceremonia.
¡A estas alturas Marina Rossell ha cantado en medio mundo!
Marina Rossell: pequeña historia de una voz exquisita
Infancia en el campo
Marina Rossell fue una niña muy inquieta que creció en la Gornal, el pequeño pueblo donde nació, situado en la provincia catalana del Penedès, entre el mar y la montaña. Todo un azar, un presagio para la futura cantante, que cuando era pequeña corría de las viñas a la era y de la era a casa, donde se detenía a escuchar las canciones que su madre cantaba mientras hacía la colada. Su padre era campesino.
Todo era canción
Durante su infancia y la de mucha otra gente, en los días festivos, se daban la mano los actos religiosos que ofrecía la pequeña iglesia parroquial como las clases de catecismo, el canto de procesiones, las semanas santas con mantilla en la cabeza y las canciones de las fiestas de Navidad, con los actos más lúdicos: las «caramelles», los pastorcillos, los bailes de fiesta mayor, así como los actos paganos del estrépito de fuego y petardos en las verbenas de verano. Todas las canciones que escuchó y cantó en su infancia, la mayor parte de ellas en catalán, supusieron su primer bagaje musical.
Adolescencia con guitarra en Barcelona
Marina es la tercera de cinco hermanos y su primer acto de valentía hacia el mundo (y a favor suyo) fue irse de su pueblo, con solo dieciséis años, una guitarra y una pequeña maleta. El destino era Barcelona. Desconcertada y a la vez seducida por la ciudad, trabajó en varios lugares antes de conseguir una plaza de enfermera en un hospital, en el turno de noche, lo que le posibilitaba seguir con las clases de solfeo que había iniciado en el Vendrell, cuando vivía en el pueblo. A medida que se hacía mayor en Barcelona, crecía la importancia de la música en su interior, pero todavía no sabía que su instrumento más preciado lo llevaba encima: la voz.
Una voz exquisita
La voz de Marina, mucho más ponderada cuanto mayor se hace, es su huella más personal e identificable, cálida e intensa como muy pocas. A medida que la cantante se deja seducir por nuevos ritmos, introduce elementos de otras culturas en su repertorio y adquiere vivencias y nuevas perspectivas, su voz adquiere más matices y se va enriqueciendo. En el 74 comenzó a cantar. Intervenía en las primeras partes de los conciertos de Lluís Llach o de Ovidi Montllor. La de Marina Rossell fue la voz de la transición en Cataluña, la de una generación que no dio otras, o al menos, no de su alcance y envergadura. Desde el 1976 hasta el día de hoy ha grabado más de veinte trabajos discográficos, algunos de ellos con distribución internacional: EEUU, Francia, Alemania, Portugal, Japón…
Una actitud solidaria y comprometida con el mundo
Por su condición de cantante, ha podido realizar viajes con carácter solidario: Armenia, Bosnia, Colombia, Palestina, Israel, Ciudad Juárez, Cuba y Bagdad, a poco de iniciarse la cruenta guerra de Iraq. Su privilegio ha sido también su responsabilidad y le ha servido para acentuar más si cabe, su trabajo al servicio de las libertades civiles e individuales y su compromiso por la paz, lo cual la ha llevado a ser merecedora de premios llenos de contenido e importancia, como el Olof Palme de la Paz.
En el Gran Teatro del Liceo el día Once de Septiembre de 2008
En el Liceo ha cantado temas atemporales, que configuran los pilares del Renacimiento, el Modernismo y el Novecentismo, hasta nuestros días. Un siglo y medio de historia, revalorizando un patrimonio cultural. Un patrimonio y una historia que no se cansará de cantar. Al hacerlo, volverá a merendar pan con chocolate y seguirá corriendo de la viña a casa por su pueblo de la Gornal. Y evocará a su madre mientras cantaba. Todo un mundo de cosas y personas queridas que ya no existe. Y así la seguiremos, al vuelo de su voz diáfana.
¡Gracias por acompañarnos!